Este pueblo de Bizkaia es pequeño en habitantes, apenas 3.200, y sin embargo es uno de los más conocidos de Euskadi. En su parque tecnológico se encuentran parte de las mayores compañías de Euskadi: Euskaltel, Itp... Polígonos industriales a ambos lados de la BI737 que articula dicho pueblo (Torrelagoiti, Pinoa, Parque Tecnológico.... y en medio, un pequeño respiro, entre la vía del tren y la carretera, la Iglesia de San Martín y la Torre Malpica, nos devuelven un poco de tranquilidad, sosiego, y silencio.
La iglesia, de estilo Gótico Vasco del S XVI ha sido tan retocada por fuera, incluso con su nueva torre en el S.XX que no deja huella exterior de su pasado. Sin embargo, la Torre Malpica nos lleva a otros tiempos como el anteriormente mencionado castillo de Butrón.
He querido profundizar aquí un poco en aquel momento de la historia:
De wikipedia:
Se estima que el cambio de aparejo (forma o modo en que quedan colocados los materiales en una construcción) pueda tratarse de una reconstrucción realizada después de un ataque de los Butrón (familia de bando contrario a los Zamudio) en 1443. Se sabe que los Zamudio realizaron una renovación total del solar hacia 1515.
En el siglo XVIII la torre pasó a ser propiedad de la familia Malpica. Luego se convirtio en casa de labranza, actividad que mantuvo hasta finales del siglo XX, cuando pasó a manos municipales y se recostruyo ubicando en ella la biblioteca municipal y una sala multiuso en sus bajos."
Es curiosa la coincidencia de que tras estar en dominio de oñacinos (Butrón), acabase el viaje del día en territorio de Gamboinos.
Esta historia curiosa la he extraido de:
http://www.euskalnet.net/ricardoibarra/Bilbao/ABilbao/C07.htm
En el siglo XV, las familias más influyentes se dividieron en dos bandos: los gamboínos (pro-navarros) y los oñacinos (pro-castellanos). La rivalidad empezó en Alava por enfrentamiento de dos familias y pronto pasó a Vizcaya y a todo el País Vasco.
Cada uno de estos bandos agrupaba un conjunto determinado de linajes y vamos a señalar los correspondientes a Vizcaya.
Vinculados a los oñacinos, estaban los Butrón, asentados en la margen derecha del Nervión desde Larrabezúa hasta Plencia y Gatica, y los Mújica, que dominaban en las comarcas de Guernica y Busturia.
Vinculados a los gamboínos, se contaban a los Abendaño, que ocupaban el valle de Arratia, y los Salazar, que dominaban la zona nordeste de las Encartaciones.
Las luchas fueron muy violentas y en ellas participaron muchas personas. Los más oprimidos eran, fundamentalmente, los campesinos y los pobladores de las Villas.
Así cuentan, que en 1.435 existieron dos alcaldes en la Villa de Bilbao, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo los dos bandos. Un alcalde era oñacino y otro era gamboíno. Y esta situación irregular duró hasta el año 1.445, año en que el rey de Castilla Juan II y XXII Señor de Vizcaya, desde 1.405 hasta 1.454, nombró un único alcalde, condenando a muerte a los cabecillas de ambos bandos.
Los líos entre gamboínos y oñacinos continuaron por algún tiempo y terminaron, con carácter general, durante el reinado de Enrique IV, el Impotente, y XXIII Señor de Vizcaya, desde 1.454 hasta 1.474. Este rey tuvo que desplazarse personalmente a esta región en 1.457, dirigiendo las Hermandades (agrupaciones de campesinos, habitantes de las Villas y algunos hidalgos opuestos a los Parientes Mayores), para pacificarla, destruyendo sus principales fortalezas y desterrando o confinando a muchos de los Pariente Mayores.
Así, en 1.468, el Concejo de Bilbao destruyó las casas que tenían en la Villa algunos banderizos. Entre ellos los Abendaño y los Basurto."
"La torre clásica fue vivienda del Pariente Mayor, a quien no existía la obligación de tributar, y a quien se allegaban varios vecinos unidos por lazos de parentesco (lazos de sangre).
Normalmente, la torre es el solar del que derivan todos ellos, origen del clan y al que todos se reconocen ligados. El dueño de la torre es el "mayor", aquel en quien el solar ha recaído en herencia generación tras generación, en forma de mayorazgo.
También recae en él la obligación de proteger a los partidarios -allegados- que le reconocen como tal Pariente Mayor. Esto se simbolizaba en las torres antiguas, manteniendo en lo más alto de ellas los siguientes elementos: una caldera, un cuerno que servía para llamar al clan y el pendón familiar"
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